Si has notado que el aceite de oliva que compras está mucho más caro que antes, no estás solo. Este producto esencial de la dieta mediterránea ha sufrido altibajos sin precedentes en los últimos tiempos. En 2024 alcanzó precios históricos (el virgen extra llegó a rozar los 9 €/L en origen en abril de ese año), golpeando los bolsillos de millones de familias. Desde PreciRadar, donde monitorizamos diariamente precios en supermercados españoles, hemos analizado qué hay detrás de esta subida y cómo está evolucionando la situación en 2025.
Principales causas del encarecimiento del aceite de oliva
Sequía y desplome de la cosecha
La causa más contundente ha sido la sequía extrema que afectó a España (el mayor productor mundial) y otros países mediterráneos. Tras varios años de lluvias escasas, los olivos produjeron mucho menos fruto de lo habitual. España suele aportar cerca del 40% del aceite de oliva mundial, pero las olas de calor en 2022 y 2023 redujeron las cosechas a la mitad, provocando una escasez histórica y duplicando los precios internacionales. En la campaña 2022/23 la producción española cayó a mínimos de décadas. Con tan poca oferta disponible, era inevitable que el precio se disparase.
- Récord negativo de producción: La campaña 2022/23 en España quedó por debajo de 0,8 millones de toneladas (muy lejos de los 1,7 millones de un año medio).
- Impacto global: Otros países como Italia también sufrieron mermas (–24% en 2024), agravando la escasez general.
- Sin reservas de enlace: Al encadenarse dos malas cosechas seguidas, los almacenes iniciaron 2024 casi vacíos, acentuando la presión sobre los precios.
Costes de producción disparados
Producir aceite de oliva se volvió mucho más caro en estos años. El precio de los fertilizantes (clave para el olivar) se disparó desde 2021, encarecido por el auge del gas natural y posteriormente por la guerra en Ucrania. Asimismo, los costes de energía eléctrica y combustibles subieron, afectando tanto a la recolección mecanizada como al procesamiento en las almazaras. A esto se suman envases más caros (vidrio, plástico) y costos logísticos en ascenso.
- Fertilizantes y abonos al alza, ligados al encarecimiento del gas
- Energía y combustible encarecidos, aumentando gastos de riego, cosecha y molturación
- Envasado y transporte con costos mayores por la inflación general
Guerra de Ucrania e incertidumbre
El conflicto en Ucrania, estallado en 2022, tuvo un efecto indirecto pero importante. Por un lado, acentuó la subida de los fertilizantes (muchos provienen de esa región). Por otro, provocó escasez de aceite de girasol (Ucrania era gran exportador), lo que llevó a muchos compradores internacionales a buscar aceite de oliva como sustituto. Esta presión adicional de demanda sobre un mercado ya corto de oferta contribuyó a impulsar los precios aún más. Aunque el encarecimiento del aceite de oliva venía de antes de la guerra, la crisis geopolítica amplificó la volatilidad.
- Menos aceite de girasol en el mercado mundial tras 2022, mayor demanda de oliva para llenar ese hueco
- Costes agrícolas al alza por la inestabilidad global (energía, insumos)
- Volatilidad financiera ante la incertidumbre, con fondos especulando en materias primas oleaginosas
Demanda global resiliente
A diferencia de otros productos, la demanda de aceite de oliva se ha mantenido firme incluso ante precios altos. Su prestigio como alimento saludable de la dieta mediterránea ha hecho que el consumo mundial no decaiga; de hecho, ha crecido en países donde antes se usaba poco. Este apetito global ejerce presión en el mercado: con menos oferta disponible y compradores dispuestos a pagar (hasta cierto punto), los precios encontraron apoyo en niveles elevados. En España, muchos hogares redujeron cantidad comprada, pero no dejaron de usar aceite de oliva en la cocina diaria.
- Exportaciones en auge hacia mercados como EEUU o China, que compran más aceite espa\u00f1ol
- Consumo interno leal: a pesar de todo, el aceite de oliva sigue considerándose insustituible en muchos platos
- Pocos sustitutos directos en gastronomía que reúnan sus mismas propiedades de sabor y salud
💡 Dato relevante
Entre 2020 y 2024, los hogares españoles redujeron un 38% la cantidad de aceite de oliva que compran, pero aun así gastan un 70% más en él. Esto refleja lo drástica que ha sido la subida de precios: aunque compren menos botellas, el desembolso total ha aumentado enormemente.
Especulación en el mercado
Por último, no se puede olvidar el papel de la especulación. En los momentos de escasez, algunos inversores y operadores han buscado lucrarse comprando aceite de oliva a granel para revenderlo más caro, contribuyendo a la volatilidad de los precios. Del mismo modo, parte de la industria pudo haber retenido stock esperando cotizaciones más altas. Aunque es difÃcil cuantificar su impacto exacto, este comportamiento oportunista ha estado presente en la “tormenta perfecta” que elevó los precios.
Impacto diferencial: España vs otros países productores
La situación del precio no ha sido igual en todos los países. Gracias a un repunte de producción, España ha empezado a ver alivio en 2024-2025, mientras que en Italia el aceite sigue caro por sus problemas productivos. Nuestro análisis muestra:
España (2024/25)
Cosecha muy abundante (+65% vs año anterior) que ha devuelto oferta al mercado. Esto ha provocado caídas pronunciadas de precios en origen (alrededor del –40% interanual en virgen extra). Los precios al consumidor empezaron a moderarse a finales de 2024 y siguen bajando en 2025.
Italia (2024/25)
Nueva mala cosecha (–24% respecto al año anterior) que redujo aún más su producción. Esto ha mantenido los precios en niveles muy elevados en Italia durante 2024, sin llegar a notar la bajada que sí se observó en España. Italia incluso ha tenido que importar más aceite español para abastecer su mercado.
¿Qué tipos de aceite subieron más?
No todos los aceites comestibles se encarecieron por igual. Dentro del propio aceite de oliva, las categorías de mayor calidad sufrieron mayores subidas en términos absolutos. Por otra parte, muchos consumidores migraron hacia aceites alternativos más baratos. A continuación, un resumen de cómo variaron los precios (aproximadamente) en los últimos años:
Estrategias para el consumidor
Ante la volatilidad del precio del aceite de oliva, ¿qué pueden hacer los consumidores? Aquí te proponemos algunas estrategias para seguir disfrutando del “oro líquido” sin arruinar tu presupuesto:
Comparar precios regularmente
Revisa distintas tiendas y plataformas (como PreciRadar) para saber dónde está más barato el aceite de oliva. Los precios pueden variar bastante entre supermercados.
Aprovechar ofertas puntuales
Mantente atento a promociones y descuentos. Muchas cadenas lanzan ofertas en aceite (por ejemplo, 3x2 o segunda unidad al 50%) para animar las ventas cuando baja la demanda.
Optar por marcas blancas
Las marcas de distribuidor suelen ofrecer aceite de oliva más económico que las marcas líderes, con una calidad aceptable. En época de precios altos, pueden ser una buena alternativa de ahorro.
Comprar formatos grandes
Siempre que sea posible, adquiere garrafas de 5 L u otros formatos familiares. Su precio por litro suele ser menor que el de las botellas de 1 L. Si no necesitas tanto, puedes compartir la compra con familiares.
Combinar con otros aceites
Puedes usar aceite de girasol u otros aceites vegetales para ciertas preparaciones (freír, hornear) y reservar el aceite de oliva virgen extra para aliños en crudo o acabados de platos. Así ahorrarás dinero sin renunciar al sabor cuando más importa.
Evitar el desperdicio
Utiliza el aceite de oliva con moderación: una cucharada bien distribuida puede ser suficiente para cocinar muchos platos. Emplea pulverizadores o brochas para dosificar en planchas y sartenes. Así sacas más partido a cada litro.
🎯 Recomendación PreciRadar
Utiliza nuestro comparador de precios para monitorear el precio del aceite de oliva en diferentes supermercados. Podrás identificar tendencias y recibir alertas personalizadas cuando baje el precio de tus marcas o formatos favoritos.
Usar comparador ahoraPerspectivas futuras
¿Qué cabe esperar para el aceite de oliva en los próximos meses y años? Los expertos coinciden en que la evolución dependerá de varios factores clave:
Clima y cosechas favorables
Si las próximas campañas olivareras transcurren con lluvias normales y sin eventos extremos, la producción se mantendrá alta. Cosechas buenas consecutivas ayudarían a estabilizar (e incluso bajar) los precios manteniendo el mercado bien abastecido.
Costes e inflación moderados
La normalización de los precios de la energía y de los fertilizantes tras los picos de 2022-2023 resulta fundamental. Con costos de producción más bajos, los productores pueden vender a precios menores sin perder rentabilidad.
Equilibrio en el mercado global
La ausencia de nuevas disrupciones internacionales (guerras, barreras comerciales) permitirá que el comercio mundial de aceite fluya con normalidad. Si otros productores emergentes (Portugal, Túnez, Turquía, etc.) mantienen buen nivel de oferta, se reducirá la dependencia de una sola región.
Innovación en el sector oleícola
La adopción de nuevas tecnologías y prácticas (olivar de regadío eficiente, variedades resistentes a sequía, mejora en pronósticos climáticos) puede mitigar el impacto de futuras sequías. Un sector más resiliente produciría de forma más estable, evitando oscilaciones bruscas de precios.
En PreciRadar, seguiremos monitorizando de cerca el mercado del aceite de oliva para mantenerte informado. Tras una etapa de precios récord, parece que se avecina una tregua en 2025, aunque con el cambio climático como nueva variable, la prudencia nunca está de más. Te invitamos a usar nuestras herramientas y estar atento a nuestras actualizaciones para aprovechar las mejores oportunidades de compra de tu aceite de oliva habitual.